El confort es algo tan relativo…

Lo que cada uno entendemos por confort realmente es algo muy relativo y aunque este consensuado lo que se entiende como confort de una manera común, la realidad es que cada uno hace un uso de su vivienda, térmicamente hablando, para conseguir el grado de confort que le satisface.

Así que nos encontramos que aunque la temperatura de confort durante el día para una vivienda en invierno oscila entre 19° y 21°, en verano el limite estaría en los 26°, pero la realidad es que en muchos hogares esa temperatura es otra, y sabiendo que el porcentaje de gasto que supone la calefacción de una vivienda es aproximadamente del 42%* y del 9%,* en el caso de la refrigeración, es interesante saber que por cada grado que disminuimos la temperatura ahorramos hasta un 7% en nuestra factura.

Toda la vida si hemos tenido frio en casa nos hemos puesto más ropa: una chaqueta, un jersey… pero ahora hay quien pretende estar en manga corta por casa en pleno mes de enero y eso muy normal no es,  menos aún ecológico ya que por lo de sostenible, económicamente hablando, cada cual con su economía invierte donde quiere o donde puede.

*Según publicaciones del IDAE

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